
“He pensado que me conviene
tener un teléfono
desde mi corazón al Corazón de Jesús.
Pues el deseo y la intención
son el hilo que comunica
los sentimientos
de nuestro corazón al de Jesús.
Ahí tenéis el descubrimiento,
falta sólo llevarlo a la práctica”.
C. 464.
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